Galletas, magdalenas, caramelos, helados, chocolates, dulces o pasteles, niños y niñas en general prefieren los sabores más dulces que los salados o picantes. Esta es una realidad, se ha demostrado mediante estudios, que el cuerpo de un niño puede provocar más antojos de azúcar en los períodos de crecimiento, pues necesitan más energía y calorías.

Es bien sabido que consumir demasiada azúcar puede provocar caries, pero es posible que no sepa exactamente cómo sucede esto. No es el azúcar en sí lo que causa daño, sino lo que ocurre después de comer o beber. Como hemos comentado en anteriores artículos, nuestra boca está llena de bacterias, y cuando se come o bebe algo con mucha azúcar los alimentos entran en contacto con la saliva y si no se realiza una limpieza adecuada, empiezan a desarrollarse las bacterias responsables de las caries. A estas bacterias les encanta comer azúcar tanto como a muchos humanos.

Un dato curioso dice, que mantener un caramelo en la boca es lo peor que puedes hacer, pues provocan muchísimas más bacterias que generan las caries. La Organización Mundial de la Salud, recomienda no sobrepasar las siete cucharaditas de azúcar al día y evitar su consumo en menores de 2 años.

Aunque solemos pensar que el exceso de azúcar en los niños y niñas, y sobre todo, la aparición de caries, solo puede darse en los que ya han desarrollado la mayoría de sus piezas dentales, existe la llamada “caries del biberón”.

Esta patología aparece cuando el bebé ingiere bebidas azucaradas o incluso leche. Además, muchos padres tienen la costumbre de mojar el chupete del bebé en miel o en azúcar, lo que convierte a este hábito en uno de los principales desencadenantes de las caries en bebés tras un exceso de azúcar. Como medida de prevención, es recomendable lavar las encías y los dientes de los bebés con un pañuelo fino mojado en agua.

Proteja la sonrisa de sus hijos

Para prevenir la aparición de caries, se recomienda seguir los siguientes consejos:

• Es importante que toda la familia practique una buena higiene bucal. En la infancia aprendemos por imitación. Si hay tendencia a consumir grandes cantidades de azúcar en su dieta, la limpieza de los dientes a fondo y de manera efectiva se vuelve aún más crucial. Es sumamente esencial que los pequeños de la casa mantengan una rutina, que se extenderá durante toda su vida.
• Sustituir los alimentos azucarados por frutas o frutos secos, que ya contienen azúcar de forma natural. Por ejemplo, ahora que llega el verano la fruta como el melón o la sandía son la mejor opción para disfrutar de un alimento dulce sin la necesidad de preocuparse por la aparición de caries ni el exceso de azúcar.
• Reducir el consumo de azúcares libres a menos de un 10% de la ingesta calórica total. Los azúcares libres, son aquellos que se encuentran presentes en los alimentos y las bebidas que han sido manipuladas por el fabricante, el cocinero o el consumidor. También pueden ser la miel, el jarabe o los zumos y concentrados de frutas.

Entonces, ¿qué pueden comer nuestros hijos? Podemos sustituir los cereales y bebidas de cacao del desayuno por unas tostadas de pan integral con aceite de oliva o una pieza de fruta. En cuanto a la merienda, evita completamente la bollería industrial y sustitúyela por un bocadillo de atún, tomate y queso o una pieza de fruta. También debemos huir de las bebidas energéticas y los zumos, ya que llevan demasiados azúcares y calorías que no son nutritivas para los más pequeños.

Nuestros dientes están destinados a durar toda la vida y en Malilla Dental te acompañamos a preservar la sonrisa de tus hijos.